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jueves, 4 de febrero de 2016
martes, 1 de abril de 2014
LA GUERRA DE CÉCILE KYENGE
martes, 13 de julio de 2010
LATINOS GO HOME
LATINOS GO HOME
Por : Gustavo Colorado Grisales
Las primeras décadas del siglo XX acuñaron y legitimaron la expresión “Hacer la América” para referirse a las fuerzas que empujaron a millones de europeos y asiáticos a embarcarse en naves donde el hacinamiento era el denominador común y cruzar los mares en busca de unas ciudades cuyos nombres sonaban en sus oídos como una promesa de redención: Nueva York, Santo Domingo, San Francisco, Lima, o Buenos Aires acabaron siendo el lugar de destino de esos irlandeses, judíos, polacos, palestinos, armenios, turcos o italianos , entre unas cuantas decenas de nacionalidades. Los móviles eran los de siempre: las guerras, el hambre, las devastaciones climáticas o el elemental deseo humano de inventarse un destino lejos de casa.
Con esa amalgama de historias, lenguas y razas se forjó el destino de naciones como la Argentina y los Estados Unidos de América, hasta el punto poder afirmarse que el portentoso desarrollo económico, científico, político, económico y cultural de esta última fue posible gracias a la capacidad de trabajo y a la inventiva de esos hombres y mujeres que fundaron fábricas, abrieron cadenas de almacenes, crearon escuelas literarias y partidos políticos, emprendieron aventuras científicas y buscaron la trascendencia a través de mil y una organizaciones religiosas.
La segunda mitad del siglo XX fue testigo de otra avalancha.:la de los latinoamericanos que huían de los países que descubrieron el bienestar ajeno a través de los cines y de las pantallas de televisión. La de los fugitivos de las dictaduras implantadas por la metrópoli en esas Banana Republics tan remotas y pintorescas y , en fin, la de los jóvenes que se aventuraban a cruzar el Río Grande animados por la reactivación de la economía una vez finalizada la Segunda guerra Mundial. Muy temprano, su experiencia vital se hizo sentir a través de una música cadenciosa y nostálgica bautizada como “Salsa” o, más al sur , en los ritmos pendencieros y rabiosos de los chicanos que años después adquirieron patente en el mercado del disco con el nombre de “Tex –mex”. Su peso llegó a ser tal que se convirtieron en un precioso botín político avalado por las autoridades económicas cuando reconocieron que el crecimiento de los Estados Unidos no hubiese sido posible sin la mano de obra latina.
Hasta que el panorama se empezó a enrarecer con la llegada de la era Reagan y la entronización del catecismo neoliberal, que empezó a ver las conquistas laborales como un privilegio y las garantías consagradas en la seguridad social como un obstáculo para la inversión. Menos estado y más mercado fue la consigna que situó a los inmigrantes en primera línea como responsables del aumento del desempleo, del incremento del gasto público y de todos los males de una sociedad que muy pronto mezcló la política con la religión, al punto de que todo ciudadano de piel más o menos oscura acabó siendo sospechoso de propagar el Sida, la droga, los robos y las violaciones en una suerte de avanzada que George W Bush, siguiendo a su padre, bautizaría como “Cruzada del mal”.
Esa es la encrucijada en que se encuentran los inmigrantes latinos, justo cuando las campañas demócrata y republicana aceitan sus engranajes con miras a las elecciones para congreso en medio de una ambiente enrarecido por un tufo de decepción frente a lo que fueron las propuestas del presidente Obama para la población inmigrante. Por un lado está el hecho irrebatible de que quienes quieran llegar al poder tienen que contar con sus votos, sin chocar con las demandas del elector medio norteamericano que clama por una legislación más rigurosa frente a esa misma inmigración que hizo posibles sus altísimos niveles de bienestar. Por el otro está la enorme fuerza social y económica de esa población latinoamericana que tendrá que organizarse como un todo, independiente de los intereses políticos de los dos partidos en contienda, antes de que los gritos velados de Latinos go home, que se escuchan en un tono cada vez más fuerte, adquieran rostro jurídico en una legislación que se empecina en ver la migración como un problema, cuando no como un delito.
martes, 25 de mayo de 2010
PROYECTO DE LEY O16
PROYECTO DE LEY No. 016 de 2.009 SENADO
“Por la cual se crea el Sistema Nacional de Migraciones y se expiden normas para la asistencia y protección de los colombianos en el exterior”.
EL CONGRESO DE LA REPÚBLICA DE COLOMBIA DECRETA:
ARTÍCULO 1°- Créase bajo la dirección, orientación, coordinación, regulación y control del Ministerio de Relaciones Exteriores el Sistema Nacional de Migraciones -SNM- como un conjunto armónico de instituciones, normas, procedimientos, planes y programas, encargado del manejo y regulación integral del tema migratorio en los aspectos tanto de emigración como de inmigración.
ARTÍCULO 2°- El Sistema Nacional de Migraciones -SNM- tendrá como prioridad diseñar y ejecutar políticas públicas, planes, programas y proyectos con el objeto velar por los derechos humanos, la asistencia y el mejoramiento de la calidad de vida de nuestros connacionales que se encuentran en el exterior, así como por el fortalecimiento de los vínculos con nuestras comunidades colombianas emigrantes reconociéndolas como parte vital de la Nación. Para estos fines podrá convocar el concurso y cooperación del sector privado y de las organizaciones no gubernamentales.
ARTÍCULO 3°- Objetivos del Sistema: Son objetivos principales del Sistema Nacional de Migraciones -SNM- a través del Ministerio de Relaciones Exteriores:
1. Regular integralmente el tema migratorio tanto en los aspectos de emigración como los de inmigración buscando la eficiencia, la equidad, la reciprocidad, la participación, la concertación y la igualdad de trato y de condiciones.
2. Impulsar el establecimiento y fortalecimiento de vínculos con los colombianos en el exterior y con sus familias en Colombia.
3. Identificar los intereses y necesidades de los colombianos en el exterior.
4. Gestionar y coordinar mecanismos para mejorar las condiciones y la calidad de vida de los colombianos en el exterior.
5. Proponer la celebración de acuerdos, convenios y tratados bilaterales y multilaterales de seguridad y de protección social que le permita a los colombianos en el exterior tener acceso a los regímenes de salud, pensiones, riesgos profesionales y servicios sociales complementarios.
6. Establecer canales efectivos de comunicación, participación e integración con los colombianos en el exterior y fomentar la construcción de redes. Igualmente procurar y velar por la asistencia a los colombianos a fin de que se les garantice el derecho de defensa, el debido proceso y atención
humanitaria en el país receptor.
7. Apoyar y proponer la política y la regulación para facilitar el envío de las remesas y los recursos de los colombianos en el exterior con énfasis en la reducción o eliminación de impuestos y cargas fiscales y estimulando su canalización hacia el ahorro y la inversión. Así mismo proponer estímulos tributarios y aduaneros para el retorno de nuestro connacionales.
8. Generar espacios para el desarrollo de la educación, la ciencia, la cultura, el arte, la investigación, el deporte y la integración social de los ciudadanos migrantes.
9. Facilitar y apoyar proyectos de iniciativa de la población colombiana residente en el exterior.
10. Promover la participación política, amplia y libre de los colombianos en el exterior para que tomen parte en las decisiones de interés nacional y en la conformación y ejercicio del poder político conforme a la constitución y a la ley.
11. Apoyar y fortalecer el servicio Diplomático y Consular conforme a las necesidades específicas de los colombianos en el exterior.
12. Los demás que no correspondan a otras autoridades y que sea necesario implementar para el desarrollo y consolidación del Sistema Nacional de Migración.
ARTÍCULO 4°- Consejo Nacional Asesor de Migraciones: El Sistema Nacional de Migraciones tendrá un Consejo Nacional Asesor de Migraciones cuya composición, alcances y funciones serán determinadas por el Gobierno.
ARTÍCULO 5°- Fondo de Solidaridad de Migraciones: El Sistema contará con un Fondo de Solidaridad de Migraciones que funcionará como una cuenta adscrita al Ministerio de Relaciones Exteriores que se manejara directamente o mediante encargo fiduciario, sin personería jurídica ni planta de personal propia.
ARTÍCULO 6°- Consejos Asesores en el exterior. Los ciudadanos colombianos residentes en el exterior podrán en coordinación con las embajadas y los consulados conformar Consejos Asesores para canalizar sus propuestas e iniciativas ante el Consejo Nacional Asesor de Migraciónes.
ARTÍCULO 7°- La presente ley rige a partir de la fecha de su promulgación y deroga las disposiciones que le sean contrarias.
Presentado a consideración del Honorable Congreso de la República por el suscrito Senador
DARIO ANGARITA MEDELLIN
Senador de la República
EXPOSICION DE MOTIVOS
PROYECTO DE LEY No. 016 de 2.009 SENADO
“Por la cual se crea el Sistema Nacional de Migraciones y se expiden normas para la asistencia y protección de los colombianos en el exterior”.
Honorables Senadores de la República:
Antecedentes y justificación
De conformidad con el articulo 150 numeral 23 de la Constitución Política y los artículos 140 y siguientes de la Ley 5ª de 1.992, presento a consideración del Honorable Congreso de la República el proyecto de ley: “ Por la cual se crea el Sistema Nacional de Migraciones y se expiden normas para la asistencia y protección de los colombianos en el exterior.”
La Organización de las Naciones Unidas viene considerando desde el año 2006 el tema de la migración internacional y su vinculo con el desarrollo como uno de los más sobresalientes de la agenda global. En la asamblea general de Naciones Unidas, ese mismo año, el Secretario General de esa organización presento un informe detallado sobre migración internacional presentando las principales características y un análisis de los efectos que la migración produce en los países de origen y destino y presentó una propuesta para la creación de un foro consultivo global sobre el tema.
Nuestras instituciones no han sido ajenas al análisis sobre el tema de la migración masiva de nuestros compatriotas. A partir del año 2.003 el Ministerio de Relaciones Exteriores dio inicio y ejecución al programa “ Colombia Nos Une” con el propósito de establecer procedimientos y mecanismos que permitieran fortalecer los vínculos de las comunidades colombianas en el exterior reconociéndolas como parte vital de la Nación y acercar cada vez mas al país los colombianos que se encuentran afuera de nuestra patria haciéndolos objeto de políticas públicas del Estado.
"Colombia Nos Une” ha realizado un importante trabajo con experiencia acumulada sobre la profundización en el fenómeno migratorio colombiano conduciendo al diseño de políticas pública y estrategias de integración; este esfuerzo es el momento de recogerlo y de darle un carácter sistémico para ordenarlo e institucionalizarlo con vocación de permanencia y visión de futuro.
Igualmente vale la pena destacar los logros investigativos alcanzados por “ Alianza País interinstitucional” , liderado por nuestra Cancillería, a través de un estudio pionero realizado a nivel mundial que reunió al sector privado, organizaciones no gubernamentales, centros académicos y organismos internacionales que de manera conjunta adelantaron importantes investigaciones interdisciplinarias sobre migraciones, indagando las condiciones del mapa migratorio desde una mirada de origen y destino con un fuerte componente de caracterización migratoria.
A partir del esfuerzo y experiencia del “ Colombia Nos Une” los avances por integrar a los colombianos en el exterior han sido notorios, tenemos como ejemplo de ello el programa del Instituto de Seguros Sociales -ISS- denominado “colombiano seguro en el exterior” el cual ofrece la posibilidad a todos los colombianos residentes en el exterior de afiliarse y realizar aportes al Sistema General de Pensiones o continuar con los aportes que en algún momento efectuaron en Colombia, y así obtener una pensión vitalicia.
Igualmente el SENA ha adelanto importantes programas de capacitación presencial y virtual dirigidos a la población migrante. La Universidad Nacional y otras instituciones de educación ofrecen programas de formación a distancia. Las Cajas de Compensación Familiar han incursionado también en el tema con el programa “ Mi casa con remesas”.
Bastan estos ejemplos para reafirmar aún mas la importancia y la necesidad de estructurar y consolidar un Sistema Nacional de Migraciones -SNM- que vele permanentemente por nuestros colombianos en el exterior y que sabes, también, pueda encargarse de lo relacionado con los inmigrantes residentes en nuestra patria.
De otra parte, considerando que un problema de gran importancia para los inmigrantes colombianos que tienen una vida laboral en los países de destino es el del acceso o continuidad al sistema de seguridad social, se impone un política de negociación y celebración de acuerdos bilaterales y multilaterales en materia de salud y de pensiones que les garantice a nuestros connacionales emigrantes una posibilidad real de cobertura para las contingencias de vejez, invalidez o enfermedad.
Consecuente con esta necesidad, observamos un importante avance a través de la firma del convenio de seguridad social entre el Reino de España y Colombia del año 2005 aprobado mediante ley 1112 de 2006; del convenio de seguridad social celebrado entre las repúblicas de Chile y Colombia suscrito en Santiago en el año 2003 y aprobado mediante ley 1139 de 2.007 y el acuerdo administrativo para la aplicación del convenio Iberoamericano de Seguridad Social entre Colombia y Argentina.
Millones de compatriotas Colombianos por razones de orden laboral, académico, empresarial, afectivo, búsqueda de oportunidades o por situaciones de orden interno han tenido que emigrar del país y hoy viven en distintas naciones del mundo, su condición de migrantes, sus anhelos, su situación de orden social, económico, político, sus preocupaciones sobre seguridad social en materia de salud, de pensiones, de riesgos profesionales, su situación de orden familiar, sus arraigos, sus expectativas ciudadanas frente a sus instituciones, entre otros asuntos, constituyen razón y motivo mas que suficientes para que el Congreso de la República se ocupe del tema de la migración de nuestros connacionales, su impacto, las tendencias y promover iniciativas que contribuyan al mejoramiento de la calidad de vida de esos compatriotas y al compromiso serio de nuestras instituciones mediante políticas públicas sostenibles y permanentes que permitan acompañar y proteger a nuestros colombianos en el exterior.
Los colombianos en el exterior no deben ser olvidados y para ello se requiere del concurso decidido y constante del Estado, de la sociedad y de la familia, procurando construir lazos de permanencia afectiva con la patria y acciones institucionales, políticas, sociales, culturales y económicas que traduzcan nuestro verdadero interés por esta importante comunidad de compatriotas.
A través de este proyecto de ley quiero llamar la atención del Honorable Congreso y del Gobierno Nacional en el importante tema de la migración de nuestros connacionales dentro de un enfoque social, humano y dignificante, toda vez que, lamentablemente, este tema generalmente se aborda solamente por su importancia económica, esto es, por el gran volumen de las remesas provenientes del exterior producto del inmenso esfuerzo, trabajo y sacrificio de nuestros ciudadanos en otros países que en muchos casos se desconoce.
Este elemento, el económico, el de las remesas, es el que infortunadamente mas se destaca en los estudios que se realizan sobre migración, como quiera que ellas superan los 5.000 millones de dólares convirtiéndose así en la segunda fuente de divisas para el país; importante claro está el impacto y la fuerza que tienen las remesas a nivel micro y macro económico y sabemos que para las familias receptoras constituyen el 50% y en ciertos casos el 100% de la fuente de ingresos para financiar las necesidades básicas de los hogares en gastos de vivienda, salud, alimentación y educación, pero debemos profundizar en lo social y en que podemos hacer por mejorar las condiciones y la calidad de vida de nuestros connacionales en el exterior para que sientan que no están solos, que los estamos acompañando, que son importantes para el país, que nos interesan como colombianos y que el estado y la sociedad no los han olvidado.
Cerca del 10% de nuestra población, es decir cerca de 4.5 millones de colombianos conforman esa enorme diáspora de connacionales que reside hoy fuera del país y son muchos los esfuerzos que aún faltan para estudiar el fenómeno de la migración colombiana que nos permita avanzar en una investigación interdisciplinaria para ahondar en la complejidad y comprensión de la situación incluyendo el conocimiento de las familias de origen y la integración de nuestros migrantes en las sociedades receptoras.
Los colombianos en el exterior son la imagen positiva del país en el mundo. Todos ellos, bien se trate de deportistas, artistas, científicos, profesionales, empresarios, estudiantes, mujeres cabeza de familia o trabajadores, contribuyen con su esfuerzo, sacrificio y experiencia al desarrollo del país y el de las naciones que los acogen.
Finalmente debe advertirse que esta iniciativa legislativa no implica gasto público ni dispone de los recursos del presupuesto ni del tesoro nacional.
Por las consideraciones expuestas solicito muy cordialmente a los Honorables Senadores respaldar esta iniciativa que redundara en beneficio un gran numero de compatriotas que aportan con su vida, esfuerzo, trabajo y sacrificio a la construcción de nación.
Presentado por el suscrito Senador.
DARIO ANGARITA MEDELLIN
Senador de la República
jueves, 20 de mayo de 2010
LA SUERTE DEL 016
Para quienes nos hemos interesado en los últimos años en los acontecimientos alrededor del evento migratorio nos surge una inquietud, especialmente después de lo sucedido en las pasadas elecciones para elegir representantes a la Cámara y al Senado colombiano.
Para poner al tanto a quienes no relacionan un hecho con otro, debemos remitirnos a la figura del Senador Darío Angarita Medellín, destacado líder Conservador del Departamento de Cundinamarca.
El Senador Angarita Medellín no ha desempeñado su ejercicio político en una zona con alta experiencia migratoria (como lo es Cundinamarca), pero esta circunstancia no fue obstáculo para que este hombre, quien tradicionalmente ha representado los intereses de los pensionados, empezara a jugar un papel muy importante para los migrantes colombianos, al convertirse en ponente de la Ley 016, proyecto con el que se proponía impulsar la creación del Sistema Nacional de Migraciones.
Desgraciadamente el Senador Darío Angarita Medellín no salió reelegido en las pasadas elecciones de marzo de 2010 y por tal motivo hoy tememos, quienes estuvimos al lado del Senador, apoyando su iniciativa, que esta se quede en los archivos de la Comisión Segunda del Senado, desde donde se daba trámite a la misma.
A este punto y antes de cualquier otro análisis para la “suerte del proyecto de Ley 016”, debemos hacer un reconocimiento, a quien sin ser uno de los Senadores o Representantes a la Cámara de la región que más experiencia migratoria reporta (el Eje Cafetero), demostró su sensibilidad por la que hasta su llegada fue una causa sin doliente entre los creadores de las leyes de nuestro país.
La historia de la migración en Colombia y lo que se documente hacia adelante sobre ella, le tendrá que reconocer al Senador Angarita su importante aporte a este proceso en el que el Gobierno ha seguido desconociendo los derechos de quienes han sido desplazados de nuestro país, casi en la mayoría de los casos, por falta de lo que traduce una frase acuñada desde el evento migratorio: “la falta de oportunidades”.
Y ahora volvamos a la inquietud que nos ocupa: “la suerte del proyecto de ley 016”. Es claro que a partir de ausencia del Senador Darío Angarita de la Comisión Segunda del Senado de la República, debemos buscar entre quienes sobrevivieron al proceso electoral y en consecuencia seguirán haciendo parte de esta Comisión del Senado, donde se gestionan los intereses relacionados con la migración.
CARLOS EMIRO BARRIGA PEÑARANDA
GUILLERMO ALFONSO JARAMILLO
Con el respeto que merecen las personas que hoy hacen parte de la Comisión Segunda del Senado de la República, entraré en el terreno de lo práctico y me referiré solo a dos de ellos. Se trata de la Senadora Cecilia López Montaño y el Senador Juan Manuel Galán Pachón, quienes en el proceso han demostrado mayor simpatía con el proyecto de Ley.
La Doctora Cecilia López, apoyó al Senador Darío Angarita permanentemente desde la creación del borrador de la Ley Marco y su ponencia inicial, pero desgraciadamente, la Senadora por el partido Liberal no volvió a presentar su nombre para renovar su participación en la entidad legislativa y por ende no podemos pensar en que sea la heredera que buscamos para el proyecto.
Nos queda en la breve selección que he realizado el Senador Juan Manuel Galán, quien a diferencia de la Senadora Cecilia López, si se presentó a las elecciones para renovar su curul, con la suerte de que estará los próximos cuatro años ocupándola y muy seguramente continuando con su trabajo en la Unidad Legislativa de la Comisión Segunda.
Por la trayectoria del Senador Galán, su seriedad, su juventud y sobre todo, por la sensibilidad heredada de su padre hacia los temas sociales de nuestro país, me queda la esperanza (espero compartan este anhelo) de que sea quien recoja la iniciativa del Senador Angarita y durante el trabajo legislativo que inician los Senadores electos a partir del próximo 20 de julio, sea quien por fin consiga el trámite completa para la creación de la Ley 016, dándole vida al soñado Sistema Nacional de Migraciones.
"YO ME BAJO EN ATOCHA" II
eldiario.com.co / LAS ARTES
YO ME BAJO EN ATOCHA
Alberto Rivera
El drama humano que se esconde detrás de la migración aún no tiene entre nosotros el significado que merece. Todavía decimos que quienes se van tienen suerte tras superar todas las pruebas que se exigen para ello y que una vez instalados en ese nuevo país les espera la puerta de la riqueza, abierta de par en par.
Hay quienes se van porque sí, porque no hallan lugar en su tierra para salir adelante; otros porque son perseguidos en el país que aman, o porque se van a “llenar” los bolsillos en profesiones no santas, los demás porque los atrae el imán de un familiar que reside allí desde hace tiempo y otros por sumar experiencias, conseguir para la casa y engordar una cuenta de ahorros para cuando regresen.
Pero muchos una vez llegan son absorbidos por un sentimiento de soledad y de confusión sinigual; no conocen a nadie ni a nada y temen perderse en esa urbe de la que no tienen idea sino en fotos que han visto en revistas o por internet o por las fotos que envían sus amigos. Y si alguien los recibe la manera de ser, de tratar, de pensar y de vivir es una selva a la que hay que adaptarse muy pronto, porque las cosas no son lo mismo, como en casa.
El choque cultural es tremendo, todo les es ajeno, desde el idioma hasta la comida, el dinero y la forma de decir las cosas. Un completo estado de abandono los apabulla en el que hay que sobrevivir y aprender en horas, so pena de perecer socialmente en el intento. Así que hay que trabajar cuanto antes, en lo que sea y al precio que paguen. El fracaso, después de estar allá, es un fantasma que hay que derrotar.
Batallas diarias
Sólo ellos saben de las batallas que libran día a día para no ser explotados y discriminados, sólo ellos saben de las privaciones y restricciones que padecen minuto a minuto, de cómo destruyen o elevan sus sueños cotidianos cuando logran sobrevivir 24 horas más en medio de la incomprensión y la angustia por la sobrevivencia de los suyos.
Esos migrantes llegan a un espejismo que en apenas minutos se rompe para encontrarse de frente contra la dura realidad de sus desgracias y debilidades para enfrentarse en una lucha desigual por la supervivencia, contra el destino inclemente, el infortunio y la adversidad.
Los atentados del 11 marzo de 2004 en España nos despertaron una realidad que no conocíamos de frente. Ni ellos ni nosotros: la de los migrantes que desde entonces se hicieron tan visibles que comenzaron a convertirse en un estorbo para sociedades desarrolladas que vieron en esa diáspora una amenaza a su comodidad. Desde entonces esa vieja patria que nos conquistó no nos recibe como hijos sino como invasores.
Esa es la verdad que se nos revela en este libro de Gustavo Colorado Grisales, en esas 161 páginas en las cuales reafirmamos que es un narrador excelso y agudo que cuenta con palabras precisas cómo es la vida y cómo es la gente que padece la migración.
Así que estamos ante un escritor que en este libro ha sabido contar nuestra historia desde la realidad que nos aflige, desde nuestras desgracias, la verdad que ocultamos a costa de lo que sea como una vergüenza milenaria enterrada en el silencio cómplice de los demás.
Nadie había contado cómo es la ciudad de hoy que sobrevive con lo que llega de otras manos. Eso ha convertido el sentido de pertenencia en una ilusión y el civismo en una palabra añeja con la que se criaron los abuelos.
En estas páginas está la ciudad fotografiada desde los soñadores que aún creen posible el paraíso. Sus crónicas son el mejor ejemplo de orfebrería con la palabra, pues se van yendo con la historia abriendo y construyendo puertas para que el alma despierte a la realidad que la rodea y nos deja perplejos ante la carga emocional que nos hereda.
Crónicas
Gustavo Colorado maneja muy bien los recursos del periodismo en estas crónicas, quizás porque su instrumento de trabajo son precisamente las experiencias de vida de algunos de los protagonistas, y esto le da a su escritura verosimilitud y sentido.
Su temática se centra en el mundo de los marginados, buscando rescatar su voz desde la tribuna de la palabra lo que convierte sus libros en relatos sociales, antropológicos y sicológicos a los que hay que recurrir para conocer el universo social actual de la ciudad desde esa otra mirada que nunca nos revelan. Es que nos quedan palpitando nombres como José Ever, Pedro Pablo, Marcela, Claudia, Adriana, Jahír, Henry y barrios como Berlín, Boston, Kennedy, Cuba, Providencia y un municipio como Belén de Umbría, con un dejo de nostalgia del otro lado del mar resumido en unos seres de carne y hueso que han sufrido lo indecible porque se requiere mucho coraje para iniciar este viaje hacia lo desconocido, hacia un “paraíso” que nos venden alegre pero que en el fondo es hostil.
Pocos se detienen a pensar en que detrás de cada centavo que envían a sus familias hay un esfuerzo descomunal y unas restricciones que se auto imponen con el fin de satisfacer las necesidades de los suyos.
Gustavo es profesor de la Universidad Católica Popular del Risaralda y director del Área Cultural de Comfamiliar Risaralda. Es autor de Rituales –poemas- (1992), El último verano de Tony Manero -relatos- (1992), Un altar para la desmemoria –crónicas- (1994), Rosas para rubias de neón –crónicas- (1997), No disparen, soy sólo el cronista –crónicas- (1999) y Besos como balas –crónicas- (2004) y lo hemos leído en la página de la BBC y en múltiples revistas y periódicos del país y la región y siempre sentimos, en todas las lecturas, el rigor de la pluma del cronista.
“Yo me bajo en Atocha”, como bien lo señala el prólogo de la obra, es la versión moderna del éxodo desde el sufrimiento particular de los protagonistas. Es que ellos y tantos otros viven prestados en esa tierra ajena donde no son nada, pero son el oro en la suya.
"YO ME BAJO EN ATOCHA" I
El más reciente texto del pereirano Gustavo Colorado aborda este problema universal, desde lo local. El cronista se mete en la piel de los personajes. Critica cómo se cierran las fronteras y aplaude el gesto de quienes quieren ayudar. Con oficio.
“...el continente americano fue durante varios siglos el objetivo de diversos movimientos migratorios”, pero ahora es el que promueve la diáspora; así lo ve el periodista y escritor pereirano Gustavo Colorado Grisales, que acaba de publicar su más reciente libro: Yo me bajo en Atocha -historias de la migración- bajo el sello independiente de El arca perdida editores.
El libro relata desde los textos que escribe Armando, un abuelo pereirano, para que su nieta española conozca mejor de sus ancestros, hasta las penurias y éxitos de quienes han dejado su terruño en Colombia para buscar mejor suerte en España.
La explosión de varias bombas en la estación de Atocha en Madrid es el común denominador de las historias que allí se narran. Un trabajo periodístico de calidad, que el lector siente muy cercano porque en esta región del país, pocas familias pueden decir que no tienen a ningún aventurero probando suerte en tierras lejanas.
La paradoja
- Cuando las comunicaciones se extienden, cuando hay más posibilidades de viajar, las puertas se cierran. ¿Cómo analiza este fenómeno?
Ahí hay una paradoja muy grave, mientras la constitución habla de libertad de circulación, la realidad es que esta se da pero de bienes de capitales, de mercancías, pero la de los seres humanos se hace cada vez más difícil. Incluso en la legislación de la comunidad europea equipara la migración con el delito.
- ¿Armando existe?
Sí, es un señor de uno de los sectores más viejos de Pereira. Su goma es la escritura, no tiene pretensión alguna, ni siquiera de publicar, él me insistió mucho: 'quiero que mi nieta conozca parte de la historia de donde salió su mamá', y se dedicó a consignar esto en sus escritos. Es un abogado con gusto por la lectura, un humanista. Solo tuve que pulir algunas cosas de redacción, pero esos capítulos de Viviendo en el pasado son de él.
- La mayoría de las historias terminan en punta, el lector quiere saber qué pasó con esas personas. ¿Ha pensado en una segunda parte?
Esa es una intención, de querer escribir las crónicas del lado de allá, y además porque la vida termina en punta y porque los azares del destino pudieron conducir esas historias a otras cosas, a otros encuentros.
Hablan los protagonistas
- Casi todas las historias están escritas en primera persona. ¿Cómo escoge esa manera de narrar?
- Hay quienes vaticinan que con la crisis financiera mundial, muchos emigrantes retornarán. ¿Lo cree así?
De hecho la gente está retornando, pero lo que no se percibe es ese retorno masivo que están vaticinando. Ya se hizo lo más duro, desperdigarse, endeudarse para poder viajar, dejar a la familia, es gente que siempre está en contacto con los suyos y ¿a qué se van a venir? si aquí la situación puede tender a empeorar. Prefieren quedarse allá, de cualquier manera allá no están peor que aquí, preferirán irse a otros países, buscar otros empleos, pero ya conocen cómo hacerlo.
- Los latinos mantenemos una nostalgia y queda descrito en su trabajo, pero ¿no puede pasar, que después de que pasen las generaciones se pierda ese sentimiento por la familia, por nuestras costumbres?
- ¿Historias como la de Álvaro Ruge Mapi en la Fundación Aesco dejan la puerta abierta de la esperanza?
Por supuesto, y hay varias cosas allí. Lo primero, se legitimó toda una tendencia a hacerle creer a la gente que la migración es un problema, y es una situación, tendemos a movernos por necesidad, por gusto, pero otra cosa es el problema de la migración por el empobrecimiento de continentes enteros, del tráfico de personas, de la delincuencia relacionada. Lo que hacen estas personas de fundaciones como Aesco es tratar de trabajar en el lado bueno, es una oportunidad de conocimiento, de desarrollarse en dos direcciones, sin sumarle el hecho de que a todo el que emigra no le va mal, también hay muchas historias de gente a la que le va bien.
Incoherencias
- ¿Qué piensa de la actitud de intelectuales que en su momento juraron no volver a pisar tierra española, mientras se exigiera Visa, pero luego fueron a recibir premios?
Es la incoherencia total entre lo que se expresa por protocolo y por puro formalismo y las convicciones. Aparte de las declaraciones protocolarias no se ha sentido o escuchado de ellos un gesto de solidaridad frente a los colombianos que sufren situaciones difíciles. Inmediatamente les dieron un premio se echaron atrás y se olvidaron del asunto y pudieron jugar un papel importante, pero no lo hicieron.
- ¿Es otra paradoja, que usted expone en el libro, que muchos migrantes tuvieron que sufrir con el atentado del 11 de marzo en Atocha para poder alcanzar la ciudadanía española y con ella varias gabelas?
No solo eso, sino que a mí me sirvió para ilustrar las condiciones tan difíciles y extremas que afrontaron muchas personas, que las llevaron por encima de cualquier situación a buscar esos beneficios. Un médico -que aparece entre los testimonios del libro- me contaba que hubo gente que se autoinfligió heridas, que cuando las analizó vio que no eran el resultado de una explosión, fueron echas con poca fuerza, con el arma a ras de piel; eso es algo dramático, se le juntaba la tendencia a hacer la trampa, la situación desesperada y cuando el gobierno español anunció esas ayudas muchas personas optaron por esa salida, no solo colombianos, de muchas nacionalidades.
- ¿Libros como El hueco influyeron en la escritura de este texto?
No solo El hueco, sino los intentos que se han hecho por contar la diáspora y el movimiento de personas de un lado a otro, algunos de los escritos de Gay Talese sobre la migración hacia Nueva York, los de Kapuscinski que relatan la migración en África, algunos trabajos de Martín Caparrós que narran esta situación en Argentina también me acompañaron.
- ¿Gustavo Colorado por qué sigue con el Arca perdida?
Porque es la materialización de unas ganas y de un delirio con un grupo de amigos, profesores, escritores, que un día decidimos juntar los pocos excedentes que deja el oficio de profesor y los ninguno que deja el de periodista y empezar a contar distintos géneros. No se puede poner a esperar a que una editorial grande llegue a tocar la puerta de la casa. Y se han cumplido los objetivos y es que el título anterior financie el siguiente. Los niveles de calidad se han mantenido, el tema de cubrir distintos géneros se ha logrado alcanzar. Hay que seguir navegando en el Arca.
Sus obras
Gustavo Colorado ha escrito “Rosas para Rubias de Neón”(1997), “No disparen, soy sólo el cronista”(2000), "El Último Verano de Tony Manero" (Relatos, 1992);" Rituales" (Poemas, 1993); "Un altar para la desmemoria" (Crónicas, 1995) y “Besos como balas”. En la actualidad trabaja en una obra de ficción.